En los años 80, a Larry Warsh le gustaban tanto los dibujos de Keith Haring en el metro que intentó arrancar cuidadosamente uno de la pared. Ese momento dio comienzo a una colección que ahora se pone a la venta en Sotheby’s y que se espera que se venda por unos 10 millones de dólares.
Warsh vivía en la meca artística del Downtown, Astor Place, y codiciaba los ahora icónicos ángeles, naves espaciales y bebés de Haring, que dibujaba ilegalmente en trozos de papel negro que entonces se utilizaban para cubrir espacios publicitarios no vendidos mientras esperaba el tren.
“Intenté arrancarlo y no lo conseguí. Lo arranqué y desistí porque la había cagado”, cuenta a Page Six. “Tenías que saber lo que hacías. La gente los encontraba y buscaba formas creativas de quitarlos. A veces la gente se llevaba todo el armazón de fibra de vidrio”.
Al final, pensó en comprar una a una de las personas que había descubierto cómo quitarlas correctamente. “Creo que [I paid] en el uno miles [of dollars]pero no mucho”.
“Venían en un rollo”, dice de las piezas, que datan de entre 1980 y 1985. “Eran tizas y la gente no entendía lo que eran”.
Treinta y uno de los “Subway Drawings” de Haring, procedentes de la colección de Warsh, saldrán a la venta en Sotheby’s el 21 de noviembre, dentro de su Contemporary Day Sale, con un valor estimado de 10 millones de dólares.
Warsh dice de Haring, que falleció a los 31 años por complicaciones del sida: “Era una persona muy sociable. Un ser humano encantador. Generoso, alegre, activo y presente. Estaba ahí, en el momento, y formaba parte de esa energía y ese momento con Jean-Michele y Patti Astor y la Fun Gallery”. Parece que fue hace mucho tiempo, pero no lo fue. Si estabas en esa época, había una energía y podías sentir su importancia”.
Warsh nos cuenta que su interés por las obras del metro de Haring surgió del “instinto, de que se puede realizar una energía de una época”. “Tienes que sentirlo y verlo. Compro y he comprado y adquirido evaluando momentos culturales y valorando lo que serán iconos del futuro”, dice. “Tienes que arriesgarte y sentirte cómodo con tu capacidad de saltar a un momento. Para mí, coleccionarlos era preservarlos para este momento de ahora”.
Las obras se han expuesto en el Queens Museum, el MoMA y el Whitney. En Sotheby’s se expondrán en una recreación de una antigua estación de metro para ayudar a los clientes a imaginarlas en su entorno original.
“Tardé un tiempo en querer separarme de ellos”, dice Warsh. “Está bien, es triste. Pero está bien porque estaban destinadas al público y ahora tendrán la oportunidad de verlas y contemplarlas y algunas personas que tengan la suerte de poder comprarlas.”
Al igual que Haring, que creaba obras públicas y creía que el arte debía ser accesible a todo el mundo, Warsh dice que su esperanza es que “cualquiera que las compre siga prestándolas a museos y compartiéndolas para que otros puedan seguir viéndolas”.