Si has visto alguna película o programa de televisión de los últimos diez o quince años, es posible que te hayas empezado a preguntar: ¿Dónde han ido a parar los créditos iniciales? Hoy en día, los cineastas (y los estudios de producción, y los servicios de streaming) parecen pensar que si el público no se sumerge inmediatamente en la acción de una película, se aburrirá, la apagará y buscará otra cosa. Dada nuestra cada vez menor capacidad de atención, puede que haya algo de verdad en esto.

Pero una gran secuencia de créditos iniciales es una especie de arte perdido. Es indulgente, sí, y obliga al público a sentarse y mirar un montón de nombres durante dos o tres minutos, pero una secuencia de títulos realmente buena puede marcar el tono del resto de la película y permitir que los espectadores se sumerjan poco a poco en el mundo de la historia. Piense en la forma en que el Juego de Tronos no sólo te mostraban un mapa en movimiento de Poniente, sino que también contenían pequeñas pistas sobre dónde tendrían lugar determinadas escenas y “desbloqueaban” lugares a medida que avanzaba la historia.

No siempre ha sido así: los títulos de apertura solían estar por todas partes, y los mejores se volvían creativos con la forma, utilizando el minuto o dos asignado para generar plenamente el ambiente de una película usando nada más que colores, imágenes abstractas y fuentes creativas. Hay demasiadas para una sola lista, pero para destacar algunas de las mejores, hemos elegido 12 de las más geniales e innovadoras, de películas policíacas icónicas, westerns, epopeyas fantásticas, thrillers de terror y clásicos modernos del cine de espías. Cada una de estas secuencias de apertura hará que quiera ver el resto de la película inmediatamente.

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